Desde bien pequeño destacan sus aptitudes y talento para el dibujo. Sus primeros maestros le mandaban dibujar en la pizarra mapas y figuras geométricas, sobre esa etapa recuerda: ``A mi me gustaba más dibujar con lápiz y en casa lo hacía sobre papel de estraza, no tenía otro``.
A los 12 años ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Ferrol, fundada en 1881 la más antigua de este tipo en Galicia. Allí recibe clases de Eduardo de la Vega pero por poco tiempo, ya que su espíritu inquieto y su gran talento para el dibujo hacen que no se adapte al ritmo de sus compañeros; se aburre con las copias y realiza otros dibujos, terminando por abandonar la Escuela.
Desde los 13 años, cuando aún no había terminado la guerra, realiza diferentes trabajos en un bar, en una joyería como aprendiz, mientras estudia en la Escuela de Aprendices de la constructora naval Bazán. No era una buena época en España, su adolescencia transcurre entre el hambre y el miedo de la postguerra, pero consigue entrar en el Departamento de Delineación y Electricidad de Bazán.
No cabe duda que los conocimientos de dibujo adquiridos, tanto en la Escuela de Artes y Oficios como en la Escuela de Aprendices de Bazán, contribuyeron a que el talento y la actitud natural del pintor se desarrollaran.
Felipe Bello Piñeiro en ese año fue elegido Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de A Coruña, juntos salen a pintar al aire libre. De él dice que le animó a pintar las calles de Ferrol y con él aprendió los conceptos y técnica del dibujo.
A los 18 gana el primer premio en la V Exposición de Arte del SEU en A Coruña y le conceden una beca de ayuda juvenil con la que se irá a estudiar a Madrid.
El afán de aprender es enorme y a diario visita el museo del Prado: siente fascinación por Velázquez, admira a Goya al que considera el mejor pintor del mundo, precursor del impresionismo y de la pintura moderna.
Pronto tiene que regresar a Ferrol a cumplir el servicio militar. Después de realizar la instrucción, consigue a través del escritor Camilo José Cela -al que había conocido en las tertulias de la capital- que lo destinen de nuevo a Madrid para así poder continuar sus estudios. Por fin tiene la oportunidad de realizar el examen de ingreso en la Escuela de Bellas Artes. Dibuja, a tamaño natural, una figura de una escultura griega de dos metros de altura. Aprueba con el número 2, en un curso de 90 alumnos. En la escuela aprenderá sobre forma y color, técnicas y estilos.
En esta época visita al magnífico pintor ferrolano Alvarez de Sotomayor, que se convierte en su protector y maestro, prestándole consejo y, en alguna ocasión, ayuda económica.
Con la que siguió hasta su fallecimiento felizmente tras casi 71 años de matrimonio. Tuvieron tres hijas que siguen la senda artística de sus padres: Fina, en publicidad, Lili en restauración de obras de arte y Merchi en restauración de documentos.
Visita Marruecos y Argelia, donde pinta nuevos temas y otros colores. La luminosidad africana le sorprende y sus técnicas pictóricas mejoran.
Donde se empapa de museos y pintores, en el centro mundial de las últimas tendencias artísticas desde el siglo XIX.
Durante esta época que se prolonga más de 30 años hasta su regreso a Ferrol, pinta acuarelas, óleos y murales como el que le encarga el Centro Galego de Madrid, decora cerámicas para la fábrica de Bidasoa, realiza grabados para la Compañía Transmediterránea, ilustra revistas y libros, trabaja como proyectista y decorador colaborando con numerosos arquitectos de éxito y trabaja para Horminesa, que se encarga de diversas construcciones a lo largo de todo el país. En el madrileño Café Gijón participa en tertulias de artistas e intelectuales. Con algunos de ellos mantiene una gran amistad: Camilo José Cela, Francisco Umbral, el escultor Otero Besteiro y los poetas Uxío Novoneyra, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Manrique de Lara. Se hace conocido y respetado por los galeristas.
En Vilaviciosa construye su nuevo hogar, donde integra las estancias para la familia con su estudio y el estudio de cerámica de su mujer, Josefina Pena. Una casa abierta a las tertulias artísticas y literarias. Desde allí sale a pintar paisajes castellanos. Realiza las ilustraciones para varios libros y colabora en diferentes revistas y periódicos. Cuadernos hispano-americanos, Familia Española, Estafeta Literaria, Nueva Estafeta, Punta Europa, ABC, Céltica, Arte Galicia, Poesía Galicia, El Ideal Gallego,…
Pinta carteles para ferias y fiestas, pergaminos para centros culturales, felicitaciones municipales,… y grabados para varias empresas importantes de la época como Transmediterránea.
La SAF (Sociedad Artística Ferrolana) le dedica la portada de la revista que edita periódicamente ``Arte Galicia`` donde aparece un artículo sobre su vida y obra. Esta revista y parte de su obra estarán presentes en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid ARCO 87.
Regresa a su tierra, donde monta su nuevo Estudio 46 en el que sigue trabajando con los bríos propios de un joven artista. Durante años un grupo de alumnos acude a su taller para aprender dibujo, así como la técnica, el oficio y el arte de la acuarela, de la que es maestro indiscutible. Forma parte del jurado de diferentes certámenes de pintura, colabora en artículos en el Diario de Ferrol, escribiendo acerca de pintores destacados que conoció o sobre diferentes temas relacionados con el arte y la cultura.
El Ayuntamiento de Ferrol organiza una Exposición Antológica donde presenta mas de 160 obras que constituye un éxito de crítica y público. Al mismo tiempo le es concedida la insignia de oro de la ciudad, y atendiendo a una iniciativa popular, se acuerda por unanimidad que los jardines situados frente a su estudio se denominen ``Jardines González Collado``.
Expone con regularidad en galerías de Oporto, Vila do Conde, Guimaraes...
En 2012 el Diario de Ferrol le concede el premio a una trayectoria por su dedicación a la pintura.
En Marzo de 2015 en su Ferrol natal es nombrado hijo predilecto por toda su trayectoria y su figura como referente gallego y español.
Dona a la diócesis de Mondoñedo 76 cuadros de su colección. Su obra ``Última cena`` por sus dimensiones y representatividad, será ubicada precisamente en la Catedral-Basílica de Mondoñedo.
Fallece en Ferrol el 7 de Enero de 2018, a los 91 años
• PIÑEIRO DE SAN MIGUEL, ESPERANZA / GÓMEZ BLANCO, ANDRÉS.(2006): José González Collado, Exposición Antológica, Concello de Ferrol.
• PIÑEIRO DE SAN MIGUEL, ESPERANZA / GÓMEZ BLANCO, ANDRÉS (2012): Fundación José González Collado: Exposición Novacaixagalicia, Diario de Ferrol.